Cuando cuidamos o acompañamos a personas mayores, muchas veces las actividades diarias y la rutina nos ponen a funcionar en automático. En estas ocasiones puede ocurrir que perdamos la noción de la forma en la que nos dirigimos a ellas.
Lo importante es ser conscientes de cómo les hablamos a las personas mayores, y qué modos y palabras elegimos para comunicarnos. Algunos lugares comunes que debemos evitar, son:
- Habla infantilizadora: es un tipo de comunicación que generalmente suena forzado y paternalista, y se caracteriza por el uso de diminutivos o palabras comúnmente asociadas a la vejez, como “mamita” o “abuelo”.
- Entonar de forma exagerada o muy lenta: esto implica que asumimos que la otra persona no nos va a entender, al igual que simplificar las frases o modificar su longitud o complejidad.
- Brindar aclaraciones o repeticiones que nadie pidió, y generalizar con pronombres colectivos, como “ustedes, las personas mayores”, cuando nos estamos dirigindo a una sola persona.
- Tutear sin pedir permiso: es muy importante preguntarle a la persona mayor cómo quiere ser tratada (de vos o de usted) y llamada (por su nombre, apodo o ninguno de ellos), en lugar de asumirlo.
Reflexionar sobre estas acciones es una invitación a revisar y repensar cómo les hablamos a las personas mayores de forma permanente, para mejorar el trato respetuoso con ellas a diario.
¿Te gustaría saber más? Te invitamos a ver el conversatorio “¿Cómo nos comunicamos cuando cuidamos?”, realizado por Cuidá Bien junto a Rosa Aizen y Rosa Ana Silberman.
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