Para muchas personas, las vacaciones de verano son el momento más esperado del año. Es una oportunidad para cambiar de aire, desconectar con los estudios y el trabajo, y pasar tiempo de calidad con la familia y amigos. También es una gran oportunidad para compartir con el familiar mayor al que acompañamos y necesita apoyo.
Salir de vacaciones con personas mayores con dependencia puede parecer un desafío, pero hoy existen un montón de opciones accesibles pensadas para el disfrute de toda la familia. La clave es encontrar una actividad y un destino que se adapte a su condición física, movilidad y deseo. A continuación compartimos algunas recomendaciones:
- Hablar con la persona mayor. Es muy importante preguntar primero si quiere participar del viaje o no, y qué tipo de destino prefiere. Aquí podemos hacerles preguntas sobre lugares, paisajes, tipo y tiempo de estadías, climas preferidos y más.
- Consultar con el médico o médica de cabecera. Realizaremos la consulta para saber si la persona mayor está en condiciones de realizar un viaje y cambiar de rutina, si el destino y transporte elegido son los adecuados, si es necesario tomar precauciones, entre otras cosas.
- Elegir destinos y actividades adaptadas para toda la familia. Son cada vez más las empresas de turismo que ofrecen paquetes accesibles, con espacios y medios de transporte inclusivos del que pueden participar todas las personas.
- Los tiempos. Posiblemente la convivencia con la persona mayor dependiente fuera de su hogar sea más difícil para todos. Este es un factor a tener en cuenta a la hora de decidir la cantidad de días de vacaciones.
- Ser realistas con el itinerario y planificar descansos. Siempre es mejor tener planes flexibles, que puedan adaptarse a cómo se siente la persona mayor cada día. También es importante prever descansos suficientes entre cada actividad, para no sobreexigirla.
- El habitat. Es muy importante informarnos bien acerca de las adaptaciones que tiene el lugar al que nos desplazamos: saber si hay escalones, si tiene bañera, agarraderas y verificar que las adaptaciones que facilitan su movilidad en su casa también están en el lugar de veraneo. Tener en cuenta si puede acudir o no a playas o montañas, y preveer reemplazos de cuidados.
- Cuidadores remunerados. En el caso que la persona mayor sea asistido por un cuidador remunerado, se podría analizar la posibilidad de que forme parte del plan, siempre que la persona mayores y quien lo cuida estén de acuerdo.
Además..
Debemos prestar atención a mantener una alimentación adecuada, que incluya todos los grupos alimenticios y se adapte a los deseos de la persona mayor. Si hace mucho calor, se recomienda evitar la exposición prolongada al sol y descartar en los horarios de 11 a 16hs. Fomentar la toma de agua, aunque la persona no tenga sed. También es importante sumar sus medicamentos al botiquín del viaje, y prever que tenga suficiente para lo que dure el mismo. Finalmente, debemos repasar si tiene todas las vacunas del calendario: al emprender un viaje es fundamental.
Cada familia es única y las personas mayores son muy heterogéneas. Si no conviven habitualmente, debemos tener en cuenta que compartir con niños, jóvenes y otros adultos puede ser maravilloso, siempre que se respeten los tiempos y preferencias de los mayores y por supuesto que para la familia también sea un momento de disfrute.
En el siguiente video, perteneciente al módulo 8 del curso virtual Cuidá Bien, familiares y especialistas hablan sobre la medicación de las personas mayores.
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